El Cardenal llama a vivir con sencillez

Por Héctor Fernández/El Caribe

El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez instó este viernes al pueblo dominicano a vivir con sencillez, bajo el argumento de que no se necesitan grandes cosas para vivir con dignidad, como lo quiere Dios.

López Rodríguez hizo su pronunciamiento en alusión a las modestas condiciones en que nació y vivió Jesucristo, hijo de Dios, en su homilía de la misa que presidió en la Catedral, con motivo del día de Navidad.

“El mensaje de Jesús para nosotros el día de hoy es sencillamente: no hacen falta grandes condiciones, grandes cosas, para ser una persona feliz, y él es feliz y nos ha hecho felices a todos nosotros con su estilo de vida”, proclamó López Rodríguez

Agregó que “ahí queda su testimonio de vida para que nosotros podamos vivir como el señor quiere, en una plena fidelidad a Dios, identificados con él”

Por otro lado, el cardenal expresó que siente un cariño especial por la familia e instó a todos los padres a habituase a bendecir a sus hijos, lo cual calificó de práctica bíblica “muy hermosa”.

“Por qué se ven hoy tantas cosas desagradables entre niños y jóvenes? Precisamente por eso, está faltando la bendición que Dios quiere que los padres hagan a sus hijos”, sostuvo.

Invitó a los padres a llevar a sus hijos a la misa pautada para el domingo en la Catedral, con el fin de hacerles una bendición especial.

El prelado católico invitó a asistir también a la mujer embarazada para bendecirla como portadora de la vida.

“Leyes absurdas”

López Rodríguez condenó lo que calificó de leyes absurdas y monstruosas que están aprobándose hoy día para “acabar con la vida y quedarse sin la concepción”. “Vayan a Europa, se van a encontrar por dondequiera ciudades de ancianos, no se ve ni un niño caminando”, proclamó. La razón de esto, argumentó, es que “el mundo quiere eso, ser anciano, ser un mundo que no tenga ningún tipo de esperanza”. Ponderó la mujer embarazada como símbolo de esperanza para la humanidad.

Lamenta agresión al Papa

Al ser abordado por reporteros después de la misa, el cardenal lamentó la agresión de que fue objeto el papa Benedicto XVI en la misa de Navidad, por parte de una mujer desequilibrada.

“Eso no tiene absolutamente ninguna justificación y es señal de cómo andamos en el mundo. Si en esos niveles están así las cosas, que será entonces en otro”, sostuvo.