domingo, 17 de enero de 2010

La violencia complica tareas de asistencia humanitaria en Haití

The Associated Press

WASHINGTON.- Algunos incidentes de violencia en Haití han complicado el trabajo de los trabajadores que brindan asistencia humanitaria a los damnificados por el terremoto, dijo el domingo el funcionario que encabeza el operativo de ayuda del gobierno estadounidense.

Para distribuir la ayuda, hace falta un clima de seguridad, dijo el teniente general Ken Keen, del Comando Sur estadounidense. Aunque la situación callejera está mayormente en calma, agregó, "hay cada vez más incidentes de violencia".

"Vamos a tener que hacer algo respecto a la seguridad", dijo Keen. "Hemos tenido incidentes de violencia que entorpecen nuestra tarea de respaldar al gobierno de Haití y responder a los desafíos que encara este país".

El oficial dijo que unos 1.000 soldados estadounidenses se encuentran en Haití y que 3.000 más trabajan desde los barcos fondeados en la bahía. Más de 12.000 soldados estadounidenses habrán llegado a la nación isleña para el lunes.

El temor a los saqueadores y ladrones ha sido uno de los factores que ha frenado la distribución de ayuda. Tras el sismo del martes, el mantenimiento de la ley y el orden recayó en los 9.000 soldados y policías internacionales de las Naciones Unidas destinados en Haití pese a que esas fuerzas sufrieron cuantiosas pérdidas en el desastre.

Keen dijo que las fuerzas estadounidenses colaboran estrechamente con las de Naciones Unidas y que la policía local está volviendo a participar en las tareas de seguridad.

Las tareas de rescate y de distribución de comida, agua y medicamentos a las víctimas del terremoto eran las prioridades el domingo, dijeron Keen y Rajiv Shah, jefe de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional. Se estima que unas 100.000 personas o más murieron a consecuencia del sismo.

"Nuestra prioridad es acudir con equipos de búsqueda y rescate urbanos", dijo Shah, que visitó Haití el sábado junto con la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton. Esos equipos "trabajan sin interrupción para intentar salvar vidas".

Los rescatistas, agregó, aún esperaban encontrar más sobrevivientes enterrados entre los escombros.

"Nuestra siguiente prioridad, iniciada paralelamente, es traer los pertrechos y suministros y asegurarnos que tenemos alimentos, agua, cobijo y poder cubrir las necesidades básicas del pueblo de Haití", agregó Shah.

Keen y Shah fueron entrevistados en los programas "This Week" del canal ABC, "Meet the Press" de NBC y "Fox News Sunday" y planeaban aparecer en dos emisiones dominicales más.

Carrefour, el lado olvidado de la tragedia haitiana

By LUIS FELIPE LOPEZ/ el nuevo herald

CARREFOUR, Haití

En Carrefour nadie ha visto todavía a los efectivos de la misión de Naciones Unidas en Haití, con sus inconfundibles cascos azules. Ni las camionetas que reparten agua o las cocinas móviles enviadas por República Dominicana.

Este pueblo, conocido como Kafou entre los haitianos, que estuvo el martes en el epicentro mismo del terremoto, vive ahora en el epicentro del olvido.

``Necesitamos que el gobierno, Naciones Unidas, los bomberos, que alguien venga ya. No podemos esperar más'', afirmó Beatrice Raimond, de 32 años, a través de un intérprete.

Apenas el sábado, un primer contingente de bomberos dominicanos logró tener acceso al área, un enorme caserío en el que residían más de 400,000 personas, ubicado sobre la ladera de un cerro, a unas 10 millas al sur de Puerto Príncipe.

``Entramos buscando la posibilidad de rescatar a algunos sobrevivientes en los derrumbes, pero desafortunadamente no pudimos encontrar a ninguno'', dijo a El Nuevo Herald un miembro del equipo de bomberos dominicanos que pidió no ser identificado.

``Hemos decidido regresar a Puerto Príncipe porque aquí la gente está muy desesperada y en esas condiciones nuestro trabajo se vuelve demasiado peligroso'', agregó.

Las calles y callejones de Carrefour lucen desolados. Llegar acá es sumamente complicado debido a que la mayoría de las edificaciones se vino al piso y los escombros bloquean los accesos.

Ante la ausencia de autoridad policial, grupos de pobladores han cerrado las avenidas con cadáveres y neumáticos incendiados con la intención de prevenir saqueos.

Tras pasar cuatro días esperando recibir asistencia, miles de residentes comenzaron el sábado a bajar la ladera del cerro y a caminar hacia el centro de Puerto Príncipe en busca de agua y alimentos.

Pero muchos otros se niegan a abandonar sus casas derruidas con la esperanza de que todavía llegue alguien que rescate, cuando menos, los cuerpos de sus familiares.

El devastador terremoto que estremeció a Puerto Príncipe y sus alrededores a las 4:13 de la tarde del martes dejó un saldo de muerte que sigue siendo imposible de cuantificar de manera objetiva. Algunos estimados hablan de centenares de miles de muertos y hasta tres millones de damnificados.

Los primeros informes desde el área de Carrefour apuntan a una cifra cercana a los 15,000 muertos. Elizabeth Byrns, portavoz de la oficina humanitaria de Naciones Unidas en Ginebra, confirmó la gravedad de la situación en el área.

Esta diezmada población --diezmada en el sentido literal de la palabra-- ha soportado durante las últimas tres décadas un suceso trágico tras otro.

Terremotos, huracanes, los horrores de los Tonton Macoutes y las excentricidades de la dinastía de Papa y Baby Doc Duvalier.

Hasta ahora, los limitados esfuerzos de rescate y asistencia concertados con la cooperación internacional se han limitado a la zona céntrica de Puerto Príncipe.

Con centenares de cadáveres en las calles o atrapados entre los escombros, el peligro de epidemias es inminente.

El nombre de Carrefour significa ``encrucijada'' en creole y en las actuales condiciones no podría ser más apropiado.

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