martes, 20 de octubre de 2009

Contradicciones y dudas entretejen secuestro. Experto cuestiona el manejo que se ha dado del caso

Las características del secuestro del joven Eduardo Baldera Gómez, raptado en Nagua el 18 de septiembre y liberado el pasado día diez en Villa Vásquez, Montecristi, dejan una madeja de dudas difícil de desenredar.

Si bien lo narrado sobre la captura, el cautiverio y las peticiones de rescate, son típicos de estos crímenes, en los que los ejecutores por lo regular visten de camuflaje, se identifican como miembros de una institución del orden, y piden un rescate, hay detalles y datos contradictorios que ponen en duda el secuestro en sí y los hechos que se sucedieron durante su desenlace.

Para el criminólogo y perito forense, Wilfredo Mora, que preside la Sociedad Dominicana de Criminología, este caso no se ha manejado con los criterios de una investigación científica y cita el que no haya una escena de crimen o que la misma se esté evitando. Entre los detalles que observa el experto, están el que no se identifique el lugar donde estuvo el secuestrado, en dónde apareció, ni por dónde logró escaparse.

Esto genera más incertidumbre, sobre todo porque el propio jefe de la Policía Nacional, Guillermo Guzmán Fermín, anunció públicamente que cuando Baldera Gómez escapó, ya sus agentes tenían cercado el lugar.

Así lo manifestó a un programa de televisión al que también informó que "en principio la Policía había detenido a uno de los sospechosos que estaba en el lugar donde estaba el secuestrado. Mientras él (el secuestrado) estaba escapando del sitio, ya la Policía Nacional tenía en su poder a uno de ellos, el dio el nombre de William, pero no es William, y tenemos en estos momentos a equipos de la PN cercando la zona donde hay dos de ellos", declaró el jefe policial.

Coincidencia

William de Jesús Checo Batista murió esa misma noche junto al sindicado como principal cabecilla del secuestro, Cecilio Díaz, en un supuesto intercambio de disparos, no obstante, campesinos de la costas de Villa Vásquez, aseguran que lo entregaron "vivo y sano" a una patrulla policial.

Otro aspecto que Mora cuestiona es que un forense no haya visto a Baldera Gómez en los primeros minutos y dejara una documentación tanto fotográfica como grabada de su aspecto al momento de aparecer y de su primera versión de lo sucedido. "Una persona no debía ir a su casa de una vez. El (el secuestrado) debió quedarse bajo custodia, se le hacen evaluaciones psiquiátricas, criminalísticas, médicas, y sólo cuando el forense lo considera lo libera, aunque su familia lo puede ver antes", comenta Mora, al referirse al hecho de que Baldera Gómez fue a su vivienda tan pronto lo recogieron en el cuartel de Villa Vásquez. Duda que unas esposas puedan abrirse con un palito y que no deje huellas después de 22 días.

El desaparecido Juan Almonte

Por el secuestro de Baldera Gómez, la Policía ha apresado a unas siete personas y persigue a otros cinco, entre ellos a Juan Almonte Herrera, a quien sus familiares dan por desaparecido.

Aunque la Policía declaró en una ocasión que lo detuvo para investigarlo, luego lo negó y lo declaró prófugo. En tanto, sus familiares dicen tener testimonios de que Almonte Herrera fue secuestrado el pasado 28 de septiembre por un grupo de hombres. Sospechan además que uno de dos hombres encontrados calcinados en el baúl de un vehículo en Yamasá, sea su familiar, ya que presenta algunos rasgos coincidentes, como una prótesis dental que tenía Almonte Herrera igual a la que tiene uno de los cadáveres.

De Tania Molina

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