jueves, 23 de abril de 2009

La Reforma Constitucional

Edgar R. Aponte nos envía un importante articulo sobre la Reforma Constitucional que compartimos con ustedes amigos lectores.

Este joven nativo de Nagua, pero radicado en Nueva York es un asiduo lector de este medio digital.

Gracias por utilizar este medio y aquí esta su opinión.

La Reforma Constitucional.

Por Edgar R. Aponte

Nuestro país observa con escepticismo el 38avo proceso de reforma constitucional, y con razón. Esto se debe a que desde la constitución de San Cristóbal hasta la más reciente, modificada en 2002, el interés personal de los líderes políticos del momento se ha impuesto en la mayoría de esas reformas. Por mencionar un ejemplo, durante la Era de Trujillo nuestra constitución fue reformada en siete ocasiones - aunque no considero que podamos decir que durante ese régimen tuvimos constitución, ya que el país se encontraba bajo el dominio absoluto del dictador.

La historia de los procesos constitucionales de nuestro país y de otros países, podemos nos muestra la interrelación que existe entre la constitución y la estabilidad de los procesos políticos; ente los procesos políticos y un estado de derecho; y entre un estado de derecho y el desarrollo económico de una nación. De ahí la importancia de crear un sistema de pesos y contrapesos, y de establecer límites, atribuciones y responsabilidades claras entre cada uno de los poderes del Estado.

Nuestro pueblo –como almohada donde descansa nuestra soberanía- debe crear conciencia del gran valor que tiene la Constitucion en nuestro desarrollo político, institucional y democrático. Creo que tanto el pueblo dominicano como la Asamblea Revisora que nos representa, necesitan mirar hacia el pasado creando una perspectiva histórica de nuestros procesos constitucionales y, a la vez, mirar hacia adelante pensando en el desarrollo del país y en las consecuencias institucionales que tendrán las decisiones de los legisladores en los próximas días.

Es nefasto valorar la constitución como un documento meramente inerte, o un pedazo de papel como dijese un importante líder político dominicano. La constitución establece la estructura básica del sistema legal del país. Establece los poderes del Estado, al mismo tiempo que los define, presenta sus responsabilidades y regula la relación entre cada uno de ellos.

Debemos entender que la constitución no es solo lo que está escrito en el texto de la misma. Es la norma que le da vida y funcionamiento a las instituciones. Como dice el Dr. Flavio Darío Espinal en su libro sobre procesos constitucionales en la República Dominicana: “constitucionalismo es el arte de crear instituciones”. El presidente Theodore Roosevelt decía que la constitución como un todo es el mejor libro que se haya escrito sobre política aplicada.

Como pueblo, hemos tenido muchas luchas, hemos sufrido la opresión de una sangrienta dictadura, el autoritarismo de un gobierno “democráticamente electo”, y ahora que tenemos la libertad y el poder, es tiempo que redactemos una constitución con valores y principios, y que contenga los mecanismos necesarios para que bajo ninguna circunstancia volvamos al pasado.

A diferencia de la mayoría de los procesos de reforma constitucional por los cuales ha atravesado nuestro país, el proceso actual no ha sido precipitado o sorpresivo. Primero, se inició con una consulta a todos los sectores sociales de nuestro país, y segundo, el mismo fue realizado por un diverso y capaz grupo de juristas. Tenemos que reconocer que quienes han dirigido dicho proceso han sido cautelosos y prudentes en la conducción del mismo.

Miembros de la Asamblea Revisora, es fundamental la valoración que ustedes tengan sobre la constitución, porque de ello dependerá el trabajo que realicen. Pueblo dominicano, he aquí la importancia de elegir dignos representantes, capaces de enfrentar los retos del presente y del futuro.

Nuestra constitución debe representar la visión de los trinitarios, los valores sociales, políticos, éticos y económicos del pueblo dominicano. Debe reflejar el tipo de país que queremos ser, y el tipo de país que NO queremos ser. El triunfo será lograr que esos valores e ideales que representan al pueblo dominicano sean plasmados en nuestra Carta Magna y, al mismo tiempo, podamos observar la aplicación de los mismos.

Entendemos que nadie puede cuestionar la legitimidad de la Asamblea Revisora, aunque sí se pueda cuestionar la visión, voluntad y capacidad de la misma. La representación que existe en el Congreso Nacional es la expresión de nuestra sociedad y de las fuerzas políticas que la forman, con sus intereses, pasiones, virtudes y defectos. Pero en gran parte el éxito de esta reforma, como en toda revolución, dependerá de que las diferentes facciones o grupos puedan trabajar juntos por una causa común: el fortalecimiento de la República Dominicana.

El autor es financista, fue Presidente del GRULAC en Washington y es dirigente del PLD.

eaponteacosta@yahoo.com



No hay comentarios: