lunes, 20 de abril de 2009

Se gesta movimiento para declararlos “no gratos” en comunidad dominicana.

Chú Vázquez, Domínguez Brito, Mariotti, Minú y Pelegrín entre opositores a legisladores en el exterior

NUEVA YORK._ La comunidad dominicana en la diáspora, no sólo enfrenta los tradicionales prejuicios de los que secularmente ha sido víctima en el contexto de sus reivindicaciones dentro de la reforma constitucional, sino también el importante escollo de tropezar en sus legítimas aspiraciones de contar con representaciones congresuales en el país de importantes senadores y diputados de los tres partidos mayoritarios (PLD, PRD y PRSC) y de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), los que no ocultan su aferrada oposición a esa importante conquista.

Fuentes del Congreso Nacional han identificado a algunos de los representantes legislativos de las tres fuerzas políticas principales, quienes careciendo de argumentos válidos, al parecer, se oponen, por oponerse, enarbolando posiciones ultra nacionalistas, aunque el liderazgo congresual ha sido reiterativo en que esas posturas, no representan el consenso de la mayoría.

Entre los congresistas opuestos a que en la reforma constitucional que se debate en estos días en la llamada Asamblea Revisora del Congreso Nacional, figuran senadores tan influyentes como los peledeístas Francisco Domínguez Brito (Santiago), Tommy Galán (San Cristóbal) y Charlie Mariotti (Monte Plata), los perredeístas Jesús Vázquez Martínez (Chu) (María Trinidad Sánchez), Antonio de Jesús Cruz Torres (Dajabón) y los diputados Minou Tavarez Mirabal, José Ricardo Taveras, Pelegrín Castillo, Víctor Suárez, Germán Castro Elías Serulle y Alejandro Montás entre otros. Esos legisladores, invocan el “principio de la lealtad” y son parte de un sector que en la República Dominicana siempre ha visto con desdén a la comunidad criolla en la diáspora, ignorando los enormes aportes que en remasas, inversiones desde el extranjero, operativos de salud, donaciones de comida, ropa, medicinas y otras entregas, se hacen diariamente desde los Estados Unidos y Europa por el bienestar de la nación.

Incluso, en un momento en que la crisis económica mundial, ha obligado a nacionales de otros muchos países radicados en Norteamérica a reducir sus remesas, los dominicanos han mantenido intacto el volumen de sus envíos anuales, los que siguen representando uno de los más fuertes bastiones de la Balanza de Pagos, estimada en cerca de $4 mil millones de dólares.

El turismo doméstico, es otro de los renglones mantenidos por los dominicanos desde el exterior a través de cuyos viajes durante todo el año, gastan alrededor de unos $4 mil millones, específicamente en fechas especiales como las navidades, semana santa y el carnaval de febrero. Aparte de un promedio de $5 mil dólares invertido por cada viajero, se le suman los impuestos que en dólares tienen que pagar a las líneas aéreas y en los propios aeropuertos dominicanos. A eso, se le agregan los otros miles de millones que deben pagar por cargas impositivas en las aduanas.

Una demostración de la falta de consideración a la comunidad criolla en el exterior y a sus aportes al país, es el engavetamiento de alrededor de 20 proyectos de leyes, que irían en su beneficio. Esas legislaciones, abarcan desde el Tratado de Libre Comercio, planes de inversiones, exportaciones y otros que atañen directamente a conquistas específicas de los dominicanos en el exterior. Líderes locales de los tres partidos mayoritarios, que rehusaron identificarse, criticaron a los legisladores de sus respectivas fuerzas, diciendo que no hay explicación para que asuman posiciones tan “mezquinas” cuando precisamente es ahora que comienzan a abrirse las oportunidades para lograr representaciones congresuales en ultramar.

Los peledeístas por ejemplo, recuerdan que el presidente y líder de la entidad, doctor Leonel Fernández, ha sido el principal promotor en esta etapa de que se les concedan representaciones legislativas a los dominicanos en ele exterior, mientras los perredeístas dijeron que su líder histórico, el doctor José Francisco Peña Gómez, murió anidando el sueño de esa participación.

El mentor del reformismo, doctor Joaquín Balaguer, aunque no mantuvo una posición coherente, nunca se opuso a la inclusión de la diáspora en programas y planes de desarrollo del gobierno. En el caso de Leonel, el primer mandatario, ha sido el propulsor de una propuesta para que se otorguen 3 senadores y 7 diputados a la diáspora, en tanto el presidente de la Cámara Alta Julio César Valentín, favorece la misma cantidad de senadores, pero con 8 diputados, es decir, uno más que lo propuesto por Fernández. En el ínterin de los debates y ante la oposición de esos legisladores, activistas locales, creen que sería propicio, crear un fuerte movimiento contra ellos y declararlos en el futuro cercano “personas no gratas” en la comunidad, incluyendo a Europa, Canadá y países de América Latina.

Autor: Miguel Cruz Tejada

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