miércoles, 18 de marzo de 2009

Médicos y enfermeras paralizan hospital público de Nagua. El meneo sigue este jueves

Por Francis Frías

Nagua, Republica Dominicana, 18 marzo 2009.-.- Los Médicos y las Enfermeras además las auxiliares del hospital publico doctor Antonio Yapor Heded, paralizaron todas las actividades en el centro asistencial acatando así un llamado nacional del gremio que agrupa a los galenos.

El doctor Rafael Emilio Chalas, presidente del Colegio Medico Dominicano, hablo con la prensa y dijo que hoy fueron llamados varios médicos y fueron amenazados por el director del Hospital con ser cancelados si no cumplían con su deber de asistir a su trabajo.

“Si aquí cancelan un medico la lucha será mayor, porque si cancelan un medico por la huelga entonces realizaremos una por tiempo indefinido”. Dijo Chalas.

Denuncio que en el Hospital publico de aquí siguen cobrando la cuota de recuperación y que los medicamentos están prácticamente al mismo precio que en un centro privado.

“Aquí una cesárea cuesta 4 mil pesos, si usted no tiene el carnet de SENASA no recibe la medicina, lo único que hacen es darle una receta”. Argumento.

Señalo que el paro sigue en pie por 48 horas, por lo que estamos en pie de lucha, hasta tanto las autoridades entiendan que los médicos debemos recibir un mejor salario.

“Hoy vinieron a consultar los médicos que son funcionarios del gobierno y nosotros respetamos eso, lo que no aceptamos es que amenacen a los médicos común y corriente”. Argumento.

FELIPE WIALLIAN MORANTIN

Para el presidente de las enfermeras dijo que el paro se desarrolla con éxito y normalidad, recibiendo el apoyo de todos sus compañeros de labores.

“Estamos cumpliendo con un deber, solo las emergencias se están trabajando, por lo tanto la huelga sigue hasta cumplirse las 48 horas, porque las autoridades deben flexibilizar su accionar y entender que los trabajadores de la salud somos dominicanos”. Destaco Morantin.

Varias personas que asistieron al Hospital Publico Doctor Antonio Yapor Heded fueron vistos regresar a sus hogares de manera impotente al no tener las atenciones rutinarias.

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