miércoles, 18 de marzo de 2009

Sobre las Lecturas Bíblicas del día de hoy

Jesús expresa con mucha sabiduría el verdadero sentido de la Ley y su cumplimiento, que no se trata de la imposición incoherente que han querido hacer los maestros de la Ley. Para Jesús la Ley tiene sentido en cuanto es parte de la conciencia histórica de liberación, de fidelidad al proyecto de Dios y de acompañamiento amoroso de Dios al pueblo. En ese sentido, acoger la Ley y ponerla por obra no puede ser imposición, sino fruto del convencimiento de la participación en el proyecto de Dios.

En el contexto en el que vivieron Jesús y sus discípulos, la Ley se había convertido en el recurso de los poderosos para controlar al pueblo; su sentido se había cambiado por completo: de la fidelidad a Dios se había pasado a la obediencia a las estructuras terrenas y corruptas; de la enseñanza para la unidad y el fortalecimiento de la identidad se había pasado al conocimiento para no caer en desgracia ante las multas y sacrificios, que representaban el aniquilamiento económico de los pobres.

Estamos en tiempo de cuaresma, y nuestros sentidos se han dispuesto para revisar en profundidad las actitudes y comportamientos que rigen nuestra vida. No somos buenos cristianos sólo por el conocimiento de las doctrinas, ni somos buenos ciudadanos sólo por el conocimiento de las leyes civiles; es necesario hallar el sentido último de estas legislaciones para evidenciar una convivencia más fraterna, que se funde en la transparencia, la solidaridad y la justicia.

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (4, 1. 5-9)

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora, Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.

Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor, mi Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar y que van a tomar en posesión. Guárdenlos y cúmplanlos, porque ellos son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos.

Cuando tengan noticia de todos estos preceptos, se dirán: 'En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y prudente'.

Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?

Pero ten cuidado y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de tus hijos".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Salmo 147

Demos gloria a nuestro Dios.

Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.

Demos gloria a nuestro Dios.

El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre.

El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.

Demos gloria a nuestro Dios.

Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.

Demos gloria a nuestro Dios.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 17-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.

Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

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