sábado, 14 de marzo de 2009

Restaurantes de pobres, hambre y necesidades

Por: Freddy Matos

Restaurantes de ricos y de pobres (comedores), dos formas diferentes de alimentarse y degustar el paladar en un mismo país. Al comedor de pobre, como su nombre lo indica, asisten profesionales de bajos salarios, obreros, empleados de tiendas, vendedores informales, y otros muchos.

Aquí también entran los comedores económicos del gobierno, sin temor a equivocarnos en República Dominicana, los más visitados. El menú casi siempre es arroz, habichuelas y carne; se oferta a RD$5.00, y es la única comida al día en muchos hogares.

En los comedores normales, el menú no cuenta con una división tan rígida como en los restaurantes de ricos. Sólo existe segmentación entre los platos y las bebidas.

La oferta de los platos se compone de la bandera (arroz blanco, habichuela roja y carne, ya sea de res, pollo o cerdo); Pica Pollo (tostones con carne de pollo frito); mondongo o cocido; niños envueltos (arroz con carne de res molida envuelto en hojas de repollo).

Además, locrio de arenque (arroz mezclado con arenque), mangú (plátano majado); Sancocho o salcocho (mezcla de víveres con carne); asopao (arroz con carne estilo sopa); moro de guandules o habichuelas rojas y negras (arroz mezclado con los frijoles); rabo “encendío”.

Como postre, suele ofrecerse: majarete, arroz con leche, morir soñando. Si prefiere algo líquido, pide una fundita o botella de agua; un refresco, una batida de leche o frutas.

Quienes suelen visitar los restaurantes de pobres, en lugar de conversar, suelen lamentar el alto costo de la vida; y el esperado número de lotería abonado que llevan jugando durante un año sin que lo canten.

Los comensales de los restaurantes pobre suelen también lamentarse del desempleo, y quienes están empleados, hablan de lo difícil que es vivir con lo poco que reciben, que apenas les alcanza para pagar una o dos habitaciones donde habitan con la familia hacinada.

Como el presupuesto no alcanza, los pobres no asisten con frecuencia a los restaurantes. Por lo regular lo hacen uno que otro día los fines de semana, ya que lo que consume una pareja en un día fuera de casa, da para comer varios días de la semana, si se compran los productos en los mercados y se cocinan en la casa.

Este tipo de comedores son instalados en habitaciones, en cuartuchos y hasta en la calle, sin ningún tipo de adornos y el género musical que predomina es la bachata. Allí no se ven las tarjetas de crédito, y se consume siempre el plato del día, todavía a RD80.00 y RD$90.00.

A los comedores pobres o económicos no acuden personas de apellidos sonoros, empresarios ni políticos, sus nombres no son en ingles, cero parqueos, no carros de lujo, sin seguridad, y la mayoría de los clientes son de piel oscura.

Estos comedores no son aptos para celebrar cumpleaños. Se caracterizan por la prisa de sus clientes, el agua fría, el cansancio y las preocupaciones. Su apariencia no es la que llama, sino el hambre y la necesidad.

Muchos de estos comedores son instalados en la calles, entrando en el renglón de comercios informales, y su clientes, en su mayoría, son personas pobres y desempleadas.

Fuente: Dominicanoshoy.com

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